Lo dice la enganchada al "tuenti" número uno. Soy la que más asco me doy, a decir verdad, pues me quedé en el intento. Vosotros tan siquiera sabíais de la existencia de éste, ni siquiera sabeis qué quiero decir con "el intento"...
Estoy perdida, y en un lugar al que he llegado por mis propios medios, que es lo peor de todo. Es lo que tiene el purgatorio, supongo, que no estás bien jodido hasta que no estás desesperado, por muy mal que creas que lo has pasado antes. Hasta que el pánico no te domina y no puedes dar un paso más, el destino no se queda a gusto.
No sé quién soy, ni lo que queda de mi yo genuino.
Me recuerdo con rencor, pero a la vez con el cariño de quien ve cómo un hijo aprehende y crece; pero a la vez me añoro; pero a la vez me avergüenzo. Me río y me lloro, y todo a la vez.
¿Quién era? ¿Quién quería llegar a ser? ¿Quién creía que era? La pequeña punki muere en mi corazón.
Sólo quedan cuatro parches descosidos de aquella mochila, rezan palabras que antes tenían sentido para mí. Quedan las fotos de mi pelo, que si las junto a modo de baraja parece que tengo entre las manos el arcoiris. Quedan mis destrozadas botas rojas, que tantos antros han pisado y con las que hice mil trueques. Quedan las tropecientas camisetas rotas y manipuladas que me daban ese aspecto tan gracioso y tan único. Quedan los rotuladores permanentes, con los que pintaba todo lo pintable (y lo que no lo era, también). Con su olor se me escapa una lágrima, y no es por los vapores que desprenden y a los que tan acostumbrada estaba...
Últimamente echo muchas cosas de menos, y una de ellas soy yo.

- ¡Ala! ¿En serio? ¿Y por qué ya no?
Qué pasa, ¿viste la luz? Jajajajaja
- Más bien dejé de verla...
Qué pasa, ¿viste la luz? Jajajajaja
- Más bien dejé de verla...