AND YOURS

31.12.09

Fin de año

Nunca he entendido muy bien lo del balance de las cosas buenas y malas que se hace cuando acaba un año. Ni los propósitos para el año que viene; ni las reuniones familiares, las felicitaciones navideñas, los belenes, las luces, las uvas ¿por qué doce? vale, por los meses, pero... ¿por qué uvas?

Este año ha sido triste y duro, desde el mismo comienzo si lo pienso, pero aún así tengo una extraña sensación de plenitud conmigo misma. Siento que he conseguido muchas cosas este año, y yo creo que por eso no percibo que haya ido tan mal.

Odio las navidades de siempre, aunque no me una a los mensajes de "feliz falsedad", pobresniñosdeáfrica y toda esa tendencia rebelde pasada de moda. Odio la navidad, a pesar de celebrarla siempre, por un motivo cierto y cercano a mi vida: odio la navidad porque odio a mi familia.

A mis padres no les va bien; mi madre cada vez está más loca, y miro a mi padre y veo un agujero negro de sentimientos, la depresión con mayúsculas. Siempre les he odiado, aunque la sociedad lo considere como una etapa rebelde llamada adolescencia que luego se pasa. No se pasa, se camufla, te lo tragas como buen adulto; pues siempre tendré en mente la frase "yo no decidí nacer", ni ser vuestra hija ni tener esta familia... ¿por qué tengo que soportar a cantidad de personajes de distinto rango jerárquico, ruidosos y tarados todos y cada uno de ellos, porque se trata de "mi abuelo", "mi tío", "mi madre", "mi primo", "mi hermana"?

Las circunstancias me han hecho anárquica, o más concretamente una especie de díscola estrafalaria, camuflada en la sociedad como una chica lista y responsable, que llegará a ser una mujer adulta decente y de provecho. Una vida triste como la de mucha gente... ¿Cómo voy a escribir sobre lo magnífico de la vida, solamente? ¿Cómo no mezclarlo con mi cruda realidad y hacer belleza del fango?

Celebro la navidad, porque la odio. Y por eso no puedo escribir "Felices Fiestas" sin un pero, sin una mueca de dolor. Pero puedo escribirlo, a pesar de todo: FELICES FIESTAS. Salud, amor y fuerza.

23.12.09

Felinos enjaulados


Todos somos presos
de nuestra propia locura,
corriendo tras los besos
de nuestra eterna tortura.

16.12.09

Niebla y violencia

Hay veces en que no puedes callarte las cosas. Pero te las callas, porque eres torpe y con palabras no puedes racionalizar el odio.

No lo soportas, pero ese hecho que te sigue hastiando tanto no para de suceder. Una vez y otra. Y es como que te mira a la cara sabiendo cuánto te jode; que lo matabas, porque se está riendo de ti.

Podrías sentir tristeza, indiferencia...o podrías ironizar con ello y sacar algo provechoso, aprender del error. Pero la negra peste que esas palabras, y esos gestos, te provocan hace imposible que no se desate en ti una bestia capaz de arrancar corazones.

Entonces te ciegas, y ya da igual lo que te molestara que ahora todo te molesta. Todo es una mierda destruible que si pudiera ir peor, lo haría (cuestión de tiempo). Y llega la impotencia y las ganas de llorar; pero te tragas el ácido de tus lágrimas y liberas al ciego monstruo con sed de golpes.

Y apaleas cubos. O negros, o a tu mujer, al empollón del colegio... O rompes botellas, quemas coches, estallas edificios. O vas al fútbol o a la guerra o te manifiestas ilegalmente...

O si eres una persona normal (y entonces te llamarán loco), gritas.

Puedes pelearte con un amigo, con tu novix... Culpas a tus padres, o a ti mismx, a la sociedad y a cada una de nuestras putas vidas... O te sublimas pintando un cuadro, o escribes mierdas como esta.

3.12.09

Mordiendo el agua

Ella quería escribir sobre aquel chico que la marcó tanto. Quería expresar que se sentía como una rosa canina en el bosque, que todo estaba superado. Quería narrar un cuento en el que aquel chico era un pelele que bailaba como Gene Kelly, pero en lugar de una farola, agarrado a un clavo ardiendo. Quería proclamar que era feliz, y que él también lo era, a pesar de no estar juntos...a pesar de estar sola y él ya no estarlo tanto.

A ella le encanta amar, en todos los sentidos. Y bailar bajo una lluvia de besos. Pero los besos ya no caían del cielo, ahora sólo existen pequeños charcos que la chica pisotea, o nubes livianas tras las que ella corre pero que siempre escapan, o se desvanecen... "Ya no llueve para mí" La nube se fue a mojar otra cabeza. "¡La culpa la tienen los paraguas!" O quizás no...

La chica por un momento ya no se sintió tan feliz. ¿Qué la pasaba? En apenas un instante su felicidad se esfumó...como una presa abierta por sobrecarga. A la chica le había costado mucho acumular todo ese valor y esa fuerza y esa alegría...y por unas pequeñas gotas, el vaso se colmó ¡Qué injusticia!

"Pero lo seguiré intentando" Como no...
"Alguna nube volverá a ser mía".

2.12.09

Confesiones

Me ponen los punkis
los mimos
y los transexuales

Y que le jodan al mundo, a sus tabúes y sus normas sexuales. Que para hormonas las mías...que me encanta follar.

(!!!)

29.11.09

A veces diferente, como todo el mundo



Un cuento cualquiera (18/07/08)

Había una vez cualquiera un cuento cualquiera. Era un cuento que quería emocionar a muchos niños, cualesquiera que fuean, para que ellos, al crecer, se lo contaran a sus hijos, con nombres cualquiera, y ellos a los suyos, hasta convertirse en un cuento famoso y propio del folklore popular. Cualquiera que fuera la ciudad o el idioma utilizado, el cuento se contaría con toda plenitud y con toda su intención, cualquiera que fuera, claro.

Su protagonista, un niño, cualquier niño, vivía en una ciudad de tamaño cualquiera con habitantes de cualquier personalidad y temperatura cualquiera. Solía pasearse por cualquier lugar y hacer cosas, cualesquiera que fueran, siempre con el ánimo del resto de habitantes de la ciudad; esto es, con cualquier ánimo.

Pero el niño, tan harto de todos estos hábitos, cualesquiera que fueran, decidió algo muy peculiar, extravagante dirían algunos, temerario dirían otros, insolente dirían los demás. Decidió ser diferente, no ser un cualquiera, sino llamarse Cualquiera. El pobre niño Cualquiera (con mayúscula) no recibió mucho apoyo, por no decir que no recibió apoyo ninguno.

Acabaron por echarle de la ciudad. No oficialmente, por supuesto, sino, como ya se sabe con estas cosas en las que impera la ley del chismorreo pueblerino y la opinión del vulgo cualquiera, le hicieron poco a poco el vacío: le miraban mal, le enviaban anónimos (bueno, más que anónimos cartas firmadas con todas sus letras: "tu vecino, cualquiera que sea", "cualquier panadera", "frutero cualquiera"...), etc.

Así que el niño Cualquiera (con mayúscula) tuvo que irse. Pero irse tanto de esa ciudad como de todas las demás. Esto fue así porque las noticias volaron de ciudad en ciudad, los periódicos de esa ciudad, cualquiera que fuera, se mandaban por correo con destino "Ciudad cualquiera" y remitente "Cualquier ciudad". Y así repetidamente por el resto de ciudades cualesquiera.

Aunque en un principio el niño Cualquiera se sentía fatal por tan propia decisión, poco a poco en él floreció un sentimiento extraño a la vez que reconfortante y, sobre todo, único. No sabía definir qué era, pero sabía que no era "cualquier" sentimiento, que era suyo y nada más. Y por lo tanto único. Y por lo tanto suficiente para sobrevivir en cualquier rincón, dando la importancia a ese rincón para que dejara de ser cualquiera. Y entonces sonrió, con una sonrisa que cualquier persona podía ver, pero que sólo el niño Cualquiera entendía y amaba.

28.11.09

La vida de las heridas

Es asombroso ver cómo algo que en un principio te destroza, te sangra, te enmaraña los tejidos y hace reaccionar tu cuerpo de una manera tan explosiva e indeseable; poco a poco (y con el paso de infinitos días incómodos, que con esos mínimos roces con el mundo exterior, encaminados y decididos a dar justo donde más duele de ella, se hacen eternos), esa misma herida se va convirtiendo en algo ajeno, una costra que lo único que hace es afearte y deseas que se caiga, que deje de parasitarte.


Y en el momento en el que por fin ocurre puedes olvidarte de ella. Quizá porque te olvidas de ella, el momento ocurre.


Y como mucho, para siempre una cicatriz.

27.11.09

Butterflies come across the mirror


Me encanta este dibujo.
Son como las dos caras de la misma moneda
Pero es mentira...

¿Qué ve un espejo en su reflejo?

Es como una palabra con dos significados
Es imposible...

Una vez me preguntaron en un test de estos absurdos: "Contesta seriamente, ¿de cuántas personas que han pasado por tu vida te has enamorado DE VERDAD?" Mi respuesta fue: "De todas" Y es una falacia, pero es verdadera.

22.11.09

Skycity

Bailar con los brazos extendidos, buscándote. Esperando que el azar coincida con mis ganas de abrazarte. Que por casualidad nuestra espasmódica danza se pare con un beso, que se pare el mundo.

Me muero de frío al amanecer, cuando ya nada importa, ni lo que pasó ni lo que no. Hablo con la boca ideas que no me salen de la cabeza. Y el azar quiere que diga cantidad de inconcreteces que te hacen reir, y yo no sé por qué, pero sigo porque me gusta tu sonido. Éste tampoco sale de tu boca, sale de tus ojos.

Y cuando por un segundo consigo enfocarte, veo que existes de verdad, y que puedes mirarme porque sabes que existo.

Nos vamos. Volamos por encima de los borrachos tirados en esquinas y de las sombras que follan en callejones, sobre un mar de líquidos corporales y etílicos desparramados por el suelo, hasta encontrar nuestro propio sitio para fusionarnos con las sucias paredes de esta ciudad y fusionarnos nosotros mismos.

Y ni tú eres tú, ni yo soy yo, ni importa que lo seamos...

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Mientras la noche se hace día entre el nudo de nuestras piernas, volvemos a sacar un poquito de nosotros mismos. Abrimos el cajón, saltan cosas. Mientras tu espalda se llena de sudor las mariposas se mezclan con las moscas, lo verde con lo gris. Y se me sale por la boca.

La habitación huele a tabaco, a cetona, a latex, a sudor, a desodorante, a colonias mezcladas, a saliva, a semen...a sexo...

Y entonces, por fín, nos desfasamos con el tiempo. Porque las calles vuelven a nacer, la gente despierta cuando nosotros dormimos, la vida pasa cuando nosotros nos paramos, el ruido llega cuando guardamos silencio.

Tu habitación es un mundo aparte, en el que puedo estar tranquila, en el que nadie sabe si te beso, te chupo o te muerdo, ni qué momento ni en qué lugar, ni si en la piel o en el corazón. Si nos miramos o nos ignoramos.

Porque en el mundo real probablemente me odies o me olvides, pero entre estas cuatro paredes soy una diosa a la que sometes, un ángel al que apaleas o un vampiro al que ofrendas.

No se puede vivir mejor...

7.11.09

Somos...

Somos...Queremos ser...
Luchamos por seguir siendo, sintiendo, soñando...Deseando.

No es publicidad, ni poesía, ni filosofía, ni nada profundo...
sólo me hundo en mi estómago para sacar algo sincero
y verdadero,
y en forma de palabras expreso sin mucho esmero que solo espero no borrar de mi cabeza los significados de las cosas a las que tanto quiero.

3.11.09

fuck you

¡Joder! ¿Es que nunca voy a poder estar contenta? Estoy contenta más tiempo que cabreada, deprimida, pensativa (esto es casi mentira). El caso es que cuando estoy contenta y, al fin, soy consciente de ello... ¡plaf! Me encantan los oportunismos, la habilidad de ciertas personas de convertir mi mejor día en un mal recuerdo...

La culpa es mía, que me dejo influir. Pues ¡a la mierda! Si es que hasta las etiquetas de este blog no paran de culpabilizarme y señalar mis errores y mi pena, mi angustia, mi dolor...mira que me cuesta escribir sobre cosas bonitas, como las risas, el sol de invierno (que mágicamente aún calienta), la música que no paro de escuchar, los libros que me absorben, los sueños que, se cumplan o no, son fantásticos. Los árboles, los bichitos, los garabatos...

¡Coño! Que soy feliz, mi mente está volcánica, mi cuerpo es un cohete y ME GUSTA MI VIDA. Soy guap
a y molo mucho :)

Y si, me asqueo con el mundo como antaño. "No te ancles al pasado". Blablabla. "No se puede vivir si no es en pos de un pasado y en pro de un futuro". "No se puede olvidar el pasado; hay que aprender del pasado" Blabla igual que antes o peor. Tengo pasado ¿y qué? La he cagado mucho, muchas veces, en muchos sitios y con mucha gente.

El problema es que voy andando por mi vida mirando continuamente para atrás, quizá cubriendo mi espalda, y no veo los árboles que me voy comiendo por delante. Me hostio, y mientras me curo la herida miro aún el árbol donde me di, y así me hostio con el siguiente...


Hay muchos factores en esta historia: hay muchos árboles, ando muy rápido quizá... Pero por lo menos mi vida es un bosque y no un desierto de arena (¡pena!); pero por lo menos ando y no me quedo parada esperando que el árbol se me caiga encima o se lo trague la tierra y a mí con él.

Me cuesta estimar mis aspectos positivos. O no los aprecio. O los doy por hecho (esta observación es algo negativo en sí). Pero sé que soy valorada y que tengo muchas cosas buenas, algunas muy buenas. Y me gusta que la gente me quiera. De hecho es algo que necesito. "¡Hola! Estoy aquí, quiéreme."

Soy sensible y empática. Me río como nadie de la vida. Me río de mí misma. Me planteo la existencia, los actos y los pensamientos. Aprecio la importancia de las cosas. Tengo suerte y algo de habilidad para manejar las situaciones. Soy inteligente o al menos una especie de chica lista.

¿Acaso no merezco ser feliz? ¿Acaso no merezco sentirme bien? Quizá no, por el hecho de planteármelo, por ejemplo. Pero lo voy a seguir intentando, a pesar de los tropezones, los traspiés y las propias hostias que te da la vida.



Porque las mariposas vuelan feo, pero son preciosas.
Porque las mariposas vuelan mal, pero vuelan.

30.10.09

Equilibrando el pasado y el presente


Como todo adolescente, se planteaba la idea del suicidio. Era un juego más, como todos los que jugaba: odiaba lo deseable, filosofaba con el aire, creaba pesadillas, fumaba orgasmos, juzgaba a los dioses, se follaba a las ideas...se sorprendía y se indignaba de la vida con una facilidad que, como único fallo, no apreciaba.

No sabía que el juego de su vida cotidiana iba a condicionar su futuro. No como tal, pues el destino económico, la educación recibida, el barrio donde vivía marcaban en silencio un camino sin bifurcaciones; sino la manera de tomarse ese futuro.

La rabia y el amor desmedido se canalizarían para diferenciarle de las miles de personas que a diario hacen lo mismo. Haría lo mismo, pero lo sentiría de una manera diferente, como les ocurre a todas las gentes de este mundo.


Porque lo que aún no sabía y aprendería con los años, es que la esencia de ser diferente es saber que eres como todos los demás. Y lo tomas, o lo dejas.

25.10.09

Con el primer canto del día

"Controla tu embriaguez. Pon atención a lo que te están contando que es importante y mañana lamentarás no acordarte". Pero al día siguiente no reduerdo ni que me tenía que acordar de algo...no recuerdo el quién, ni a qué hora de la madrugada, ni el tema, ni su importancia, ni si realmente existió tal conversación, ni la cara de pena o de regocijo de la persona anónima que me confió un secreto...Pero recuerdo el vacío, el intento de escribir sobre papel mojado.

Y recuerdo las vueltas a casa a la mañana siguiente, porque todas son la misma: salir del metro y que el frío se te pegue en los huesos. Ese último esfuerzo antes de que se acabe todo, antes de que todo vuelva a empezar...y donde me como tanto la cabeza. Aún está oscuro, alguna nube clarea la triste escena en la que estoy sola. Dos extranjeros no ven ni existen casi, y se besan pegándose, o se pegan a besos. A veces la gente madruga, y me mira raro cuando se cruza con mis ojos despintados y vacíos.

Pienso en anoche. Me lo he pasado bien; de puta madre incluso. Pienso en que me gusta mi vida (o no), en que mañana seguiré adelante con todo (o no), en que soy quien quiero ser (o no), o en que al menos lo intento (¿y si no?). El caso es que nada de eso importa, porque sólo me lo planteo para no pensar que vuelvo sola a casa, que una parte de lo que hago es para olvidar que en todos los corazones hay un pozo negro, y que en el mío hay cosas al fondo que no puedo recuperar, que se me cayeron hace no mucho pero que ya están tan lejos...tan al fondo.

Mientras juego con el eco en ese pozo la realidad me distrae. Paso por el parque de al lado de mi casa y todas las madrugadas pienso en quedarme allí sentada un rato antes de subir a caer en coma. Por los pájaros. Desde algún árbol siempre suena tímidamente el primer piar cuando yo paso. Está todo tan vacío que se oye todo el encanto de ese sonido, toda la inocencia y la alegría y la belleza que contiene. Me encanta, porque me distrae de mi propia mierda y me hace observar por unos segundos la hermosura de las madrugadas.

De este modo, cuando subo a casa, los tres tramos de escaleras que me matan, cuando abro la puerta y me encojo hasta por dentro para hacer el menor ruido, cuando mis padres me preguntan que tal la noche y me regañan hasta en sueños, cuando inspecciono la nevera y quémierdasólohayheladosdelimónquemerecuerdanati, cuando me lavo la cara y me miro al espejo y parezco un cuadro corrido, cuando me meto en la cama y está tan fría que lloro...

De este modo no me derrumbo. Pienso en el pajarillo solitario cantando en el chopo blanco, pienso en que él ha dado el disparo de salida para mi carrera por la supervivencia del día siguiente. Y que, por tanto, morir hoy no tiene sentido, porque mi muerte era ayer.

20.10.09

17.10.09

Delirio

(Cuento que escribí en un blog anterior a este. A fecha de Junio, que tiene más sentido)

Todo comenzó con la llegada del calor. Un calor acosador, que no te deja ni dormir, ni comer, ni hacer nada decentemente. Ella no podía conciliar el sueño, no paraba de dar vueltas y enredarse los pies con las sábanas apartadas. Su ligero camisón se resistía a quedarse en su sitio y la hacía sudar. Le picaban las piernas. El sudor rápidamente se evaporaba, su piel se quedaba caliente y reseca. Le picaba. Le hormigueaban los pies y las manos. Su cuerpo desparramado en el somier adquiría posturas que no permitían que su sangre irrigara por igual a todas las partes de su cuerpo. Suavemente se rascó las pantorrillas, y se masajeó las piernas para mejorar la circulación. Tampoco mucho, pues la fricción apremiaba el calor. Pasado el picor intentó relajarse de nuevo.

No pudo. Mosquitos. Mosquita, más bien. Con ese silbido agudo y tembloroso que penetra en el oído, como si en el mismo tímpano fuera a picar. La chica de nuevo comenzó a ponerse nerviosa. "¡No puede ser!". Intentaba olvidarse. "Dormir, dormir...sólo piensa en dormir". Zumbidos. "...". Zumbidos más cerca. Se protege los oídos entre el colchón y la almohada. ¿Cómo, con semejante capa de plumas aislando su cabeza, puede seguir oyendo al maldito bicho? Se levanta apresuradamente y enciende la luz, dispuesta a aplastar con la zapatilla al mismo diablo si es él el que hace el ruido.

Más hubiera valido que al menos Satán se encontrase entre los presentes: ni rastro de la mosquita. Y lo más frustrante aún: silencio total. Apagó la luz y volvió a acostarse. Sin soltar la zapatilla, ya percatada de la inteligencia de su enemiga.

"Zhhhhhhhhhh!!!" Con un rápido movimiento se estampó la zapatilla en la cara, lo que le valió para dos cosas: matar al bicho y volver a quedarse de nuevo ojiplática, con la mejilla roja y hormigueante. Por la demencia del momento le sobrevino en una carcajada. Recordó aquella noche que pasó en el campo con sus amigos, en la que no pudo dormir a raíz de descubrir que su picor de ombligo se debía a la visita de una oruga a su saco de dormir. O aquella vez en la que ni siquiera pudo entrar en su cuarto, pues una araña había decidido corretear por sus paredes y no dejarse atrapar.

Los bichos siempre le habían dado mucho miedo. No era un miedo pavoroso que no permite la actuación. Era un miedo de niña, que la hacía gritar como una histérica y hacer tonterías porque ay-he-visto-un-bicho-micrométrico-que-resultó-ser-una-mancha-de-boli-en-la-mesa. Siempre se lo había tomado con humor, pues sabía lo tonta que se ponía en esas situaciones que en un primer momento le parecían tan peligrosas.

Mientras pensaba todo esto se rascaba el brazo. "Juraría que a la mosquita no le ha dado tiempo a hacerme un picotazo". Simplemente tenía el brazo rojo de haber estado rascándose, aunque no sabía muy bien por qué lo había estado haciendo tan efusivamente. Sintió unas diminutas patitas posadas en el empeine del pie derecho. Una sensación tan sutil que ni siquiera podía ser real. Como el humo. Pero sabía que otro ser que no era ella misma estaba actuando sobre su perímetro.

Se posó la mano, y allí no había nada. No era posible que el bicho se hubiera movido, o que hubiera echado a volar, pues había sentido la sensación hasta el instante en que se había empezado a rascar. No quería creerse que el simple roce de las sábanas pudiera dar esa sensación, pudiera incomodarla tanto... Pero ya que estaba por la zona, siguió rascándose camino de la pierna, pues seguían picándole, al igual que el brazo y la otra pierna. Al poco empezó a picarle el cuello, las manos, la espalda, la cara... Cada vez se rascaba más, le picaba más, se ponía más nerviosa.

"Te estás rayando, frénate" Se decía a sí misma. Las piernas, en donde llevaba a cabo su trabajo con más asiduidad, le empezaban a escocer, y empezaban a florecer las primeras líneas rojas en su piel blanca y suave, como entrecruzadas marcas de neumáticos en la carretera. Posando las palmas de las manos en la cama, comenzó a calmarse, dándose cuenta de lo que cansada que estaba, del tiempo que había pasado, del poco que le quedaba para dormir escasamente antes del examen. Se relajó, se calmó con el sonido de su propia respiración, lenta y pesada, que la arrastraba a la cómoda oscuridad de una mente que deja de trabajar unos instantes y permite que viajemos al mundo de los sueños.

Y, en la quietud, en ese limbo entre el sueño y la vigilia, vislumbró un grumillo negro que recorría su brazo, apresuradamente hasta su cara. Se sacudió fuertemente, incorporándose. Removió las sábanas, miró bajo la almohada, se quitó el camisón, sacudió su pelo, encendió y apagó la luz repetidas veces... Buscaba al bicho en cada rincón de su cuarto, en cada centímetro de su cuerpo... Nada. Como buen ladrón se escapó de la agotada chica, llevándose su sueño.

Volvió a tumbarse, resignada a pasar la noche en vela. En ese momento el bicho volvió a la carga, pero ella decidió no impedirle la conquista de su cuerpo, pues ya sabía que nada podía hacer. Sintió cómo correteaba por su pie, como descansaba en la punta del dedo gordo, como iba y venía sin decidirse por un camino concreto, huyendo o más bien planteándose el lugar idóneo para plantar su picadura. Movió desganadamente el pie para echarlo. Y el cosquilleo de las patitas paso a su muslo en cuanto se desprendió del pie.

Pero no podía ser el mismo bicho, pensó. Imposible. Entre el fardo de sábanas y el despiste del propio animal, no era probable que tan rápidamente hubiera llegado al muslo. Mientras se planteaba todo esto, volvió a sentir el primer bicho en el dedo gordo, sin que el segundo picor se hubiera quitado. Y un tercero en el mismo pie, en otra zona. Y un cuarto cosquilleo en el otro pie. Y un quinto... "Son imaginaciones mías, es por el cansancio" afirmó, pero no se atrevía a corroborarlo.

Mientras sentía sucesivos correteos por la piel, que subían hasta la parte alta de los muslos. Decidió confirmar sus sospechas deslizando lentamente la mano derecha hasta su cadera. Lo que ella sintió no es describible. Pensó en aquellos hombres de las noticias, que salen cubiertos de abejas, en una simbiosis agradable que les deja limpios de picaduras. Pensó en esa sensación, el suave pelo de los abdómenes de esas melíferas, la inocencia de su murmullo...

...Las sonoras extremidades de arañas, moscas, mosquitos...los cuerpos blandos y viscosos de orugas y gusanos... avanzaban incansablemente como un pelotón, que violaba la paz de un pueblo epidérmico humano, incapaz de moverse, paralizado de horror...

Ese zumbido...

15.10.09

Corre

Le vino un impulso desde lo más hondo de las entrañas. Caminaba entre la multitud, absorta. Mente en blanco, uno de esos momentos en los que despiertas de la nada pensando qué pensabas y qué te hace seguir ahí...aquí. Ansiedad. Miró a su alrededor con la sensación de que nada era real, no podía serlo. Las miradas vacías, las sonrisas perdidas... no podía ser real una realidad tan palpablemente sosa, absurda, desgastada.


Se preguntó por qué no se caían todos los edificios encima de las cabezas obnubiladas de toda esa gente. Se respondió que porque nadie iba a correr si eso pasaba...Y de pronto, las ganas de huir. Atrapada entre todas aquellas almas que no cantaban; agobiada por no saber si cantaron alguna vez. Y la propia afonía de su espíritu, que la impedía dar la primera zancada, que la impedía salir de la misma red ciega en la que todos se encontraban atrapados, en esa calle tan ancha de esa ciudad tan estrecha.


"Corre", se dijo a sí misma. No deseaba estar ahí, no quería que todos esos ojos anodinos la vieran llorar. No quería ver que nadie iba a consolarla, que nadie iba a pensarla, que muchos de ellos ni la verían sufrir. Corre, joder!" Esa maldita apatía la estaba infectando, y lo sabía, y parecía no poder hacer nada. Esa maldita inercia de no hacer nada, de guardarse los sentimientos y las ganas para otro momento, esa odiosa manera de disimular... ¿hasta cuándo? ¿Cuánto más? ¿Por qué?


Llovía; pero era mentira. Eran sus lágrimas, que rasgaban sus mejillas y se anclaban al aire, para no dejarla avanzar. Hasta las lágrimas no querían actuar. Pero ya estaba bien, se había acabado la farsa. Con todo el dolor de su alma siguió corriendo, esquivando a todas esas ánimas inútiles que la miraban tan raro. Pero no le importó, porque sabía que miraban sin mirar, sin dar importancia...y con las mismas ganas de correr.


Cogió soltura, corría con todas sus fuerzas. Sus labios, cortados por tanto cuchillo de viento, esbozaron la sonrisa de los desvencijados. Y gritó hacia dentro, por la velocidad. Pero siguió corriendo. Hasta que las calles se acabaran. Hasta que el mundo se acabara. Hasta encontrarte.


Amor X

Quiero amor
quiero amar a alguien sin amor
y que me abra las piernas
sin compromiso.

Sólo amor
sin nervios
sin primeras citas

sólo abrazos
y polvos
y risas
y conversaciones filosóficas de humo
pero sin malos entendidos
ni celos
ni pasados...ni futuro.

Sólo amor
Sólo miradas que sólo miren,
que no busquen,
que no ahonden,
que miren por mirar,
y sonrían mi alma.

Sólo amor
sin amor social
sin noviazgo
ni llamadas de teléfono eternas,
ni mensajes de "tq.bss", ni palabras melosas,
ni eres todo mi ser, mi cielo, mi paraíso,
mi cuchufletito,
mi cariñín,
mi caramelito.

amor sin porquerías
amor amor
del que no tiene explicación,
ni sentido.
ni porqué ni para qué
ni por siempre ni para nunca.

Amor de estar una eternidad desnudxs en la cama hablando del caminar de los delfines,
de las canciones de los murciélagos,
de las mariposas sin alas...

Amor de ver pelis horteras y follar al final

Amor de ir como una cuba y tener a alguien al que abrazar
alguien con quien dormir y despertar,
compartiendo resaca y surrealidades de la noche anterior...

...

¡Amor! Me río en tu cara
en tu puta cara feliz
porque voy a ser feliz
con un amor que no lo sea.

13.10.09

Glíglico

"Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias."

Julio Cortázar, Rayuela, capítulo 68






Quiero follar(te). Si te das por aludido, no dudes en llamarme...

10.10.09

Surreal time


una hoja seca
una huella
una yo

Realmente quería escribir de lo enfada que estoy, de lo falso que me parece todo actualmente, de la risa de un borracho; de los ojos que piden, de los que no pueden ni enfocar; de las llamadas de teléfono que no sé llevar a buen término, de los sms que duelen; de las ironías, los silencios incómodos, las mentiras que no importan pero a la vez importan tanto...de las frases que solo por su música ya suenan a falsas; de toda la mierda y la soledad que me come por dentro.

Pero va a ser que no, que hoy no escribo, que no me apetece...



6.10.09

Reencuentro

Brindemos por el pasado,
porque ya no lloro por tí,
por el abrazo que nos hemos dado.






3.10.09

Dadá

BICICLETA NADAR MONTAR SÉ HABLO
NO EN SÉ
NO NO (!)
INGLÉS

Zoom Insomnia

"Reflexiones sobre terrorismo"

¿Leer? Realmente estoy cansada, y la cómoda cama me espera, pero aún es tan pronto... ¿dormir? Estremecerme tenuemente entre las sábanas para avivar su calor...

Porque el terrorismo no es cosa de ahora

...acurrucarme en la camada cómo, todo muy cómodo, sí...hm...

Ah bueno, me estoy leyendo "El arte de la guerra"

Qué a gusto. Qué perezosa soy. Cuánto me regocijo en ello jijiji. Aquí en mi cama...Como aquella vez en casa de Marian en la que hablamos y hablamos y yo ya desde los sueños sólo pensaba en que se callara y me dejara dormir con todo lo a gusto que estaba...

(Silencio)

¡Espera! Creo que me estoy despertando, que me estoy desvelando, que vuelve mi actividad mental.

Aquí tengo el golpe

Respiraciones lentas y suaves. Un pequeño velero blanco entra y sale por mi boca. No se mueve mucho más porque está anclado a la campanilla...

¿Y te salió sangre?

Recuerdo la respiración de Risto cuando dormimos juntos por primera vez...aquella paz que olía a tabaco...

¿No lo tendrás roto?

Como hoy en el metro, ese señor maleducado que no paraba de fumar en el vagón. ¡Qué ganas tenía de que se bajara!

Ui, ya se me está yendo la cabeza, como siempre... Y como siempre ahora pensaré en la racionalidad de mis pensamientos, a ver si logro distinguir si estoy despierta o dormida...

"Historia de la filosofía"

Creo que mi perro se ha comido un gato verde, y la verdad no sé cómo le sentará... No me gusta que coma animales, ni siquiera mariposas, siempre le sientan mal. Cuando mi perro me habla me asusto.

Un poco tarde, ¿no?

Ya las paredes comienzan a alargarse y la luz del pasillo se achica. Tengo que tener precaución al moverme porque mi cabeza ensanchada puede chocar contra el techo; pero a la vez soy tan pequeñita que los peluches me dan sombra. Mi brazo tan largo puede alcanzar la pared de enfrente.

Es un poco denso para leerlo ahora...

El suelo parece estar normal, así que por hoy creo que puedo dormirme. Esta vigilia siempre me descoloca mucho, creo que es por la oscuridad...

La cama es tan cómoda y estoy ya tan calentita... Creo que el velero llegó a buen puerto.

21.9.09

Rotulador permanente

En la cima de aquella montaña se quedaron mis ganas juntos con todo lo que creía ser. Y rodé cuesta abajo, y perdí por el camino todo lo que quería ser. Y así llegué a este infierno, donde, pensaba, se podía ser feliz y lo he intentado ser hasta hoy, hasta que he despertado rebozada en mi sangre y en el polvo que levantan vuestras pisadas de fantasmas socializados.

Lo dice la enganchada al "tuenti" número uno. Soy la que más asco me doy, a decir verdad, pues me quedé en el intento. Vosotros tan siquiera sabíais de la existencia de éste, ni siquiera sabeis qué quiero decir con "el intento"...

Estoy perdida, y en un lugar al que he llegado por mis propios medios, que es lo peor de todo. Es lo que tiene el purgatorio, supongo, que no estás bien jodido hasta que no estás desesperado, por muy mal que creas que lo has pasado antes. Hasta que el pánico no te domina y no puedes dar un paso más, el destino no se queda a gusto.

No sé quién soy, ni lo que queda de mi yo genuino.

Me recuerdo con rencor, pero a la vez con el cariño de quien ve cómo un hijo aprehende y crece; pero a la vez me añoro; pero a la vez me avergüenzo. Me río y me lloro, y todo a la vez.

¿Quién era? ¿Quién quería llegar a ser? ¿Quién creía que era? La pequeña punki muere en mi corazón.

Sólo quedan cuatro parches descosidos de aquella mochila, rezan palabras que antes tenían sentido para mí. Quedan las fotos de mi pelo, que si las junto a modo de baraja parece que tengo entre las manos el arcoiris. Quedan mis destrozadas botas rojas, que tantos antros han pisado y con las que hice mil trueques. Quedan las tropecientas camisetas rotas y manipuladas que me daban ese aspecto tan gracioso y tan único. Quedan los rotuladores permanentes, con los que pintaba todo lo pintable (y lo que no lo era, también). Con su olor se me escapa una lágrima, y no es por los vapores que desprenden y a los que tan acostumbrada estaba...

Últimamente echo muchas cosas de menos, y una de ellas soy yo.


- ¡Ala! ¿En serio? ¿Y por qué ya no?
Qué pasa, ¿viste la luz? Jajajajaja
- Más bien dejé de verla...

17.9.09

Carta de una ratita a su enamorado

"Lejos y lejos y lejos...y a cada cosa que haces más lejos.

Reunir el valor suficiente para darte en la cara con la soledad, con un fraude tan grande como (¿)nuestra(?) historia. Reunir la fuerza para que todo parezca una maldita putada, para que me odies o me olvides. Y muy a mi pesar es la única manera que se me ocurre de dar final a esta cosa-que-no-es-ni-un-si-ni-un-no que tenemos.

No creas q es porque me canso de ti, de las conversaciones tan sosas de los últimos meses. Es otra cosa. Es un egoísmo que tú no tienes y que yo tengo por tí. Un darme cuenta de que hago las cosas mal, y tu tan feliz, maldito imbécil. Y si tengo que hacer que me odies con esto para compensar que no me odias por lo otro, pues lo hago.

Y es que a mi manera dulce y simpática te he utilizado. Que soy más corrupta que el demonio, con mis ojos de chiquilla ingenua y mi hablar de ángel. Una putrefacción de persona a la que aprecias, a la que amas, conformándote con las necesidades de una niña caprichosa a la que no le complace quien ella quisiera, y te da lo necesario para que la ames un rato, para hacerla sonreir y que bromee y olvide su vida de ratita prostituta por un instante.

En el fondo me das asco. Te conformas con la sombra de las migajas. Pero no te culpo, al fin y al cabo ni siquiera lo sabes, lo sabías...

Te he dado siempre mil señales, pero tú nunca lo viste, soy demasiado sutil, demasiado simbólica, y a veces es un problema. No tener tu nombre en mi teléfono, sólo una letra, hablarte tanto de Él, las conversaciones, las canciones... "It aint me, babe", Johnny Cash y June Carter, y tu tan ciego. Tú no eres Johnny y yo no soy June; yo soy Johnny, tú eres la mujer de Johnny, y Él es June.

Y aunque ni siquiera te lo crees al decirlo, no te importa que te haya utilizado...pero a mí sí me importa, joder. Quiero corregir mis errores. Perdóname, contigo he sido más sincera que con nadie en mucho tiempo. Soy consciente de que te he ayudado a superar ciertos miedos, pero siento que me miento si sigo como si nada charlando contigo. Prefiero cortar de raíz.

Tengo pánico a que recaigas en desconfianzas enfermizas, pero el riesgo merece la pena. Odiame, por favor."

13.9.09

Noches naranjas


























"No quiero que me llames, pero no quiero que me ignores,

No quiero que me ames...pero no quiero que me odies..
No quiero que me hables, pero deseo escuchar tu voz
No quiero que me mientas...en eso el experto soy yo..."




"Besos dulces que te amargan, hasta que casi no existe,

Mucho tiempo controlando, sentimientos muy tristes
No quiero sentirme extraño, ya no quiero sufrir más,
No quiero aún sentir...culpabilidad"

7.9.09

Caos

¿Crees que esto se finge? – Gritó a aquel chico, mientras le enseñaba las cicatrices de sus muñecas, aún en carne viva – Sigo muriendo por ti, cada día que pasa se hace ayer ante mis ojos y nada cambia, sigo sin reaccionar y sin entender ni la mitad de lo que el mundo quiere enseñarme, aunque las ostias me las lleve igual.
¿Crees que nunca te quise? Vive conmigo un fantasma con tu olor, y me come el alma y me posee cada vez que en mi vida sin ti ocurre algo que me ocurría contigo. ¿No te quise? Si poco a poco me hago yo un fantasma de mi propia vida, si sigo teniendo tu foto, tus canciones, tu camiseta...y lo uso todo a diario, porque si quito todo lo que tengo de ti no tengo nada mío, y en el vacío me ahogo.
No tengo fuerza, ni ganas, ni motivos...no hay nada que me empuje a vivir...pero tengo tanto miedo a la muerte como a dejar de quererte.
Piensas que te he engañado, que todo el tiempo juntos sólo ha valido para que el resto de tu vida sea una pesadilla, que soy una farsante que nunca te amó y que he jugado contigo desde el principio... Pero esto no se finge, joder, esta desesperación, este miedo, esta agonía no se aparenta.
La muerte no se finge, ¿o hasta me crees capaz de bailar con el demonio en un río de sangre? ¿Me ves capaz de reírme mientras me disparo a la cabeza? ¡Esto no se finge! ¡La muerte no se finge! ¡La muerte no se finge!



She broke her little bones
On the boulders below

31.8.09

¿Sexo o suicidio?


Orgasmo físico, muerte mental.

Orgasmo mental, muerte física.

Un verano sin ti



Ha sido un continuo frenesí para no pararme a pensar que ya no estabas. Pero por otro lado nunca he tenido un verano mejor, pues siempre te estuve esperando, a lo largo de todos estos años...Mi verano siempre fue una espera para pasar unos pocos días contigo. No te lo echo en cara, pues la tonta que se quedaba standby era yo. Y no sólo en verano...

Eso no quita que te eche infinitamente de menos, que me sienta una sombra de mí misma. Muy danzarina, pero una mera sombra. Y me veo en tercera persona haciendo cosas que no esperé que haría.

Esto no es una carta, ni mucho menos una confesión...pero ahora que estoy sola y quieta pienso en tí, inevitablemente, y me pregunto muchas cosas.

¿Qué era lo que te hacía tan especial? Eras la edad, eras el tiempo, eras los lugares, eras los olores, eras las ganas de amar. Eras la vida tomada como una sucesión infinita de escenas de cine, series y novelas. Eras la película de la que nunca vi el final porque siempre hacíamos el amor antes de que acabara. Eras la risa sobre mis muchas lágrimas. Eras tus ojos negros que me miraban con picardía tras el otro lado del espejo. Eras el saber en todo momento lo que quería, lo que necesitaba. Eras las ganas de luchar. Eras lo que me hacía mejor persona, lo que me hacía intentar no ser lo que yo veía en mí, lo que veo ahora en todo momento. Eras lo que yo no sabía de mí y lo descubrí contigo. Eras tus manos que tan bien conocían mi cuerpo. Eras tus labios blanditos que me hacían rozar mi propio corazón. Eras unas alas enormes que me protegían y me acercaban un poco más al cielo. Eras mi esclavo, mi dios y mi ejemplo a seguir. Eras el primer cigarro que fumé, la primera mentira que dije, la primera pelea que tuve. Eras la explicación al valor que corre por mis venas. Eras una cresta, un nomeimporta, una filosofía de vida. Eras la bala perdida que fue a dar en mi corazón. Eras todo el amor que pude dar. Eras un alma que pude salvar por unos minutos. Eras las noches de ensueño que ahora paso sola. Eras las horas de silencio, en las que solo hablaban las caricias. Eras las fotos, las sábanas frías por el sudor que se evapora, los pendientes perdidos. Eras los mensajes que no dicen nada, porque no había nada que decir, sólo lo mucho que te quise. Eras las canciones que me parten el corazón. Eras todo mi ayer, y todo lo que soy en el futuro.




Ojalá nunca veas esto.

27.8.09

Desconocidos

Llevaban toda la vida juntos. Ella era la guapa del barrio y ninguno había conseguido conquistarla. Él era el chulo caradura que lo consiguió.


Pronto se fueron a vivir juntos muy lejos del lugar al que pertenecían y comenzaron a generar su paraíso particular en aquella ciudad con playa, donde todo parecía una mezcla de irreal y la vida misma en su estado más puro. Se amaban. También mutuamente.


Él veía la salvación en los grandes y luminosos ojos de Ella, el fin de sus años de exceso y su ascensión a los cielos de la mano de un ángel. Ella veía un mundo entero a través de los de Él, un horizonte muy lejano y todo el tiempo del mundo para llegar hasta allí con Él, por Él.


Pasado un tiempo Él comenzó a trabajar muy lejos de su paraíso, y se quedaba muchos días lejos de Ella, que esperaba soñadora y triste su regreso. Las noches que Él volvía de las largas semanas fuera de casa eran apasionadas, pero el tiempo las acomodó en una rutina que ensombreció un poco su paraíso.


Ella notaba más que él la soledad los días que Él trabajaba, pues se quedaba sola en su paraíso, y empezó a echar de menos el barrio y a despreciar, aunque avergonzada, a Él por dejarla sola tanto tiempo. Él pasaba el día entretenido y sólo pensaba en la vuelta a su paraíso, pero poco a poco dejó de incluir a Ella en ese pensamiento, pues hacían la vuelta a casa menos agradable.


Tuvieron hijos, y Él y Ella se olvidaron un poco respectivamente para estar pendientes de su descendencia. A medida que éstos se hicieron mayores, Ella y Él comenzaron a sentirse solos, y en Ella y Él fue creciendo la vergüenza al acercamiento. Cuanto más solos se sentían, menos se acercaban el uno al otro.


Y así pasó, que Ella se rindió al dolor y dejó caer toda la culpa sobre Él. Y Él tragó ese dolor y generó un agujero negro donde todo caía, donde caía la pena y no manchaba, donde caía la culpa y no se sentía, donde caía el amor...


En su paraíso comenzó a llover. Ella se convirtió en cualquier mujer, amargada y desesperada por recuperar lo que fue, inquisitiva con Él en todo momento. Él comenzó a preguntarse quién era Ella, y comenzó a buscarla en otras mujeres, siendo un cualquiera.


Cada noche era como un pecado y una caída a los infiernos. Era una obligación dormir en la misma cama, Él con Ella, Ella con Él, como siempre. Pero a la vez era tan tenso y tan raro. Tan molesto... pues ¿quién era Ella? y ¿por qué él ya no parecía Él?


No supieron parar a tiempo. No podían, eran su vida y bajo ningún concepto querían destruir su paraíso. Pero en éste comenzó a tronar, y los rayos de tormenta dejaron en el ambiente un olor a quemado que hacía irreal los sentimientos, y el esfuerzo.


Pasaron los años y a pesar de todo siguieron juntos. Él odiando a Ella por ser tan autoritaria, tan bruja. Ella odiando a Él por ser tan imperfecto, tan frío. Juntos en su paraíso, que desde aquella tormenta se quedó con el cielo gris, con una mala luz que generaba sombras en cada esquina. Solos, pero en su paraíso.

25.8.09

Cuando amar duele

Inspirado en la novela "Once minutos" de Paulo Coelho
Tiendo a pensar en los actos de mi vida como algo que me pasa involuntariamente, y que en lo único que puedo actuar es en la manera de tomármelos. Me abstengo de opinar y trago toda el agua sucia que me venga, aunque sea un mar.
Lo hace mucha gente que como yo piensa que la esencia de la vida está en las heroicidades del día cotidiano, en el estoicismo terrenal que nos honrará cuando estemos muertos.
Pero, sinceramente, la esencia de la vida la veo en el sufrimiento. Todo el mundo sufre. Lo quiera o no, lo sepa o no. Y es la gente que sufre con convencimiento la heroica, o al menos la que lo intenta o la que cree serlo.
Sólo cuando sufrimos por amor es cuando se reconoce (y reconocemos) que estamos enamorados. Sólo lo hecho con sacrificio es el trabajo reconocido. Sólo cuando duele estamos realmente enfermos.
Cuando duele...Somos heroicos cuando actuamos a pesar del dolor. ¿A pesar del él o por él?
¿Y si todo fuera en esencia diferente, y es el dolor lo que nos hace actuar con mayor ímpetu y ganas? ¿Y si el dolor es la verdadera motivación de los actos heroicos?
¿Y si amamos por el dolor y no a pesar de él? El amor como el continuo vicio de los mortales, como la continua justificación por la que sufrir sin tener que dar explicaciones. Ese placer insano: por el amor. Por el placer. Por el dolor.

Carolina

Todas las noches, al acostarse, se masturbaba. Su ritual variaba según estuviera sola o acompañada, pues muchas veces esa declaración de amor solitario se convertía en un juego de dos, actor y espectador, amo y sometido, o dos animales; pero todo empezaba con la masturbación.

El instinto la hacía consciente desde muy joven de que follar era el acto más sucio y más puro que se conserva hasta nuestros días. Lo adoraba.

Carolina aspiraba a ser prostituta. Creía que ese era el camino para la ascensión a los cielos: la purificación del alma, decía, sólo puede conseguirse a través de la degradación total del cuerpo. Argumentaba que, si el ser pecaminoso se abandonaba por completo a los placeres terrenales, éste se degradaría y, al desprenderse a cachos del alma, la dejaría libre y en su estado más puro.

Y con esa idea Carolina justificaba por qué no se enamoraba nunca, por qué no permitía a sus sentimientos inmiscuirse en los de todos los hombres q pasaban por su cama. Justificaba así por qué no dejaba más que cosas materiales en la cama de aquellos hombres, como el olor, unas medias, un pintalabios...pero no palabras, ni símbolos, ni sentimientos.

Carolina era la penitencia de un alma de mujer. La redención de una religión de hombres, de un mundo de hombres.

Santa Carolina, madre de la tentación. Carolina, la diosa Lujuria.

23.8.09

Memorias de una puta

Miento. Miento de una manera instintiva e inocente que no afecta a nadie más que a mí. Me miento cuando miento a lo demás sobre pequeños detalles de mi vida. Insignificantes, mediocres momentos que transformo sutilmente en maravillas o en cosas igual de mediocres pero distintas.


Por pereza, porque a veces la realidad de mi vida se acompleja y es demasiado trabajoso contarla tal cual, en una sucesión infinita de porqués y peros que acaban en un "no lo sé" a gritos para evitar la angustia del infinito.


Por envidia, porque mis expectativas no se ven cumplidas en mí y deseo fervientemente ser, estar o parecer como el otro.


Por avaricia, porque siento que con lo que diga puedo abarcarlo todo según lo diga así o asá, alimentando las siguientes mentiras con ese deseo y construyéndome a mi misma bella y esplendorosa sobre una torre inmensa de excrementos.


Por gula, por el apetitoso sentido del todo-cabe-en-estas-palabras, por el sabroso momento de gloria del ser que no es, siendo lo que quiere ser.


Por ira, porque me avergüenzo de muchas cosas y deseo destruirlas y que se pudran en el pozo de la verdad, en ese lugar donde todo duele tanto.


Por lujuria, por los pensamientos orgásmicos que podrían ser verdad. Por la satisfacción de ver el placer, de ser el placer de mis palabras.


Por soberbia, porque aprendí a querer ser perfecta y no puedo no serlo, no quererlo. Por no permitirme pasar de la raya y por no querer admitir que muchas veces me he pasado o no he llegado.


Miento. Para ser la persona que ya soy, la persona que la gente ve y que yo aún no veo.