AND YOURS

27.8.09

Desconocidos

Llevaban toda la vida juntos. Ella era la guapa del barrio y ninguno había conseguido conquistarla. Él era el chulo caradura que lo consiguió.


Pronto se fueron a vivir juntos muy lejos del lugar al que pertenecían y comenzaron a generar su paraíso particular en aquella ciudad con playa, donde todo parecía una mezcla de irreal y la vida misma en su estado más puro. Se amaban. También mutuamente.


Él veía la salvación en los grandes y luminosos ojos de Ella, el fin de sus años de exceso y su ascensión a los cielos de la mano de un ángel. Ella veía un mundo entero a través de los de Él, un horizonte muy lejano y todo el tiempo del mundo para llegar hasta allí con Él, por Él.


Pasado un tiempo Él comenzó a trabajar muy lejos de su paraíso, y se quedaba muchos días lejos de Ella, que esperaba soñadora y triste su regreso. Las noches que Él volvía de las largas semanas fuera de casa eran apasionadas, pero el tiempo las acomodó en una rutina que ensombreció un poco su paraíso.


Ella notaba más que él la soledad los días que Él trabajaba, pues se quedaba sola en su paraíso, y empezó a echar de menos el barrio y a despreciar, aunque avergonzada, a Él por dejarla sola tanto tiempo. Él pasaba el día entretenido y sólo pensaba en la vuelta a su paraíso, pero poco a poco dejó de incluir a Ella en ese pensamiento, pues hacían la vuelta a casa menos agradable.


Tuvieron hijos, y Él y Ella se olvidaron un poco respectivamente para estar pendientes de su descendencia. A medida que éstos se hicieron mayores, Ella y Él comenzaron a sentirse solos, y en Ella y Él fue creciendo la vergüenza al acercamiento. Cuanto más solos se sentían, menos se acercaban el uno al otro.


Y así pasó, que Ella se rindió al dolor y dejó caer toda la culpa sobre Él. Y Él tragó ese dolor y generó un agujero negro donde todo caía, donde caía la pena y no manchaba, donde caía la culpa y no se sentía, donde caía el amor...


En su paraíso comenzó a llover. Ella se convirtió en cualquier mujer, amargada y desesperada por recuperar lo que fue, inquisitiva con Él en todo momento. Él comenzó a preguntarse quién era Ella, y comenzó a buscarla en otras mujeres, siendo un cualquiera.


Cada noche era como un pecado y una caída a los infiernos. Era una obligación dormir en la misma cama, Él con Ella, Ella con Él, como siempre. Pero a la vez era tan tenso y tan raro. Tan molesto... pues ¿quién era Ella? y ¿por qué él ya no parecía Él?


No supieron parar a tiempo. No podían, eran su vida y bajo ningún concepto querían destruir su paraíso. Pero en éste comenzó a tronar, y los rayos de tormenta dejaron en el ambiente un olor a quemado que hacía irreal los sentimientos, y el esfuerzo.


Pasaron los años y a pesar de todo siguieron juntos. Él odiando a Ella por ser tan autoritaria, tan bruja. Ella odiando a Él por ser tan imperfecto, tan frío. Juntos en su paraíso, que desde aquella tormenta se quedó con el cielo gris, con una mala luz que generaba sombras en cada esquina. Solos, pero en su paraíso.

2 comentarios:

  1. Anónimo27.8.09

    ¿Juntos y solos? Qué inevitable... U.U
    Cuando dices "eran su vida" en el penúltimo párrafo, ¿es así con todas las connotaciones que tiene, o es una errata? Si es lo primero, me encanta la expresión =)
    Pronto llega el eterno otoño. Pero a mí me gustan los cielos grises. Nada más poético que eso. Qué le vamos a hacer.

    P.D.: Me falta la cohesión en el comentario, ¿eso no es un síntoma dadaísta? XD

    ResponderEliminar
  2. sííí Dadá for ever :) te estas contagiando jejeje
    y no, no es una errata, aunque el word se empeñe XD

    ¡gracias por el comentario!

    ResponderEliminar